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Parroquia de San Francisco de Asís

Tepatitlán de Morelos, Jalisco

 

     Por Cédula de S.M. Carlos II de España y segregándola de la parroquia de Zapotlán de Juan Saldívar o Zapotlán de los Tecuexes, actual Zapotlanejo, el 20 de febrero de 1683, fue erigida la Parroquia de San Francisco de Tecpatitlán, por el Excmo. Y Revmo. Sr. Obispo Dr. D. Santiago de León y Garabito, hijo de la villa de Palma, en la provincia de la Andalucía española e hijo de D. Antonio Santiago y Costilla y de Doña María de León y Garabito.

 

     El mismo día 20 de febrero de 1683, el Rey se dignó separar a Tecpatitlán de la jurisdicción de la cual pertenecía y nombrar cura interino al Pbro. Br. D. Alonso Martín del Campo, mismo que bautizó a la primera cristiana, María de la Mora Hermosillo, en la pila bautismal de Tecpatitlán.

 

     El templo parroquial era una pequeña capilla cubierta con zacate, muy cerca quizás, del pequeño Hospital de la Limpia Concepción, construido por los primeros misioneros y que sirvió a más de aliviar el dolor humano, de primer sitio de veneración y culto de la imagencita dejada por los Franciscanos como titular, en un principio del hospital de la parroquia toda, la Inmaculada Concepción.

Pocos eran los habitantes de la pequeña Tecpatitlán ya que en los primeros diez años de vida parroquial, sólo fueron llevados a la pila bautismal 531 infantes y 204 adultos se unieron en matrimonio.

 

     El Excmo. Sr. Juan Gómez de Parada, originario de Compostela, en la visita pastoral realizada a Tacpatitlán el 22 de abril de 1741, fue recibido por los presbíteros D. Antonio Cara Amo y Figueroa, D. Bernardo Carreón y D. Juan Lucas Romero, en ausencia del párroco D. Juan Portugal y Lozano, que se encontraba accidentado. 

Encontró la iglesia parroquial en muy malas condiciones, teniéndose la necesidad de celebrar los servicios religiosos en la sacristía, ya que el templo amenazaba ruina. La población total  del curato, sin contar los párvulos, era de 2,426.

 

     El 9 de enero de 1758 el Sr. Cura Antonio Cara Amo y Figueroa fue revelado por le Pbro. D. Tomás de Barbosa, como cura sustituto e interino. Por el inventario presentado por el primero, tenemos la descripción, aunque breve, del segundo templo parroquial… “Tiene un altar mayor, un colateral sin dorar; dos capillas, una de Aminas  la otra dedicada a Nuestra señora de la Soledad”… Su estancia fue breve en Tecpatitlán, poco más de tres meses y medio. 

 

     Cuando el Excmo. Sr. D. Diego Rodríguez de Rivas y Velasco, efectuó su visita pastoral el 19 de junio de 1765, encontró la iglesia parroquial casi terminada, construida de calicanto o mampostería (obra de albañilería hecha con piedras pequeñas o ladrillos, unidos con argamasa) y bóveda; su costo había excedido los $20,00 y en ella cabía todo el vecindario. Poco tiempo después fue concluido el adorno interior.

 

     Un hecho por demás sorprendente y maravilloso, sucedió el viernes 6 de septiembre de 1839. En la Barranca de Varas, en la parte sur del Cerro Gordo al sureste del rancho “El Durazno”, D.  Pedro Medina, de esta parroquia, se encontró una cruz bastante bien delineada en una encina en el lugar en el que en varias ocasiones observó luces como “carboneros haciendo carbón”.

 

     Una vez cortado el tronco, en el mismo sitio quitaron todo lo que consideraron inútil, dejando exclusivamente lo que visiblemente formaba una cruz.

 

     Una vez que la madera estuvo seca, se presentó en el rancho un escultor en busca de trabajo, ofrecía retocar o hacer nuevas imágenes de talla. Don Pedro al ver al artista, vio su anhelo a punto de realizarse y le encargó el trabajo ofreciéndole el madero.

Probablemente el escultor realizó su trabajo en unos 60 días, entre septiembre y octubre de 1840, entregando un Crucifijo.

 

     El 24 de octubre del mismo año, la población de Tecpatitlán se vistió de gala. El Cristo de D. Pedro Medina, como se le conocía, fue llevado a la sede parroquial.

La pequeña capilla Refugiana, llamada también de la Tercera Orden, de escasos 17 metros de largo y 6 de ancho, fue iniciada el 18 de julio de 1881 y concluida y dedicada el 7 de abril de 1883.

 

     El Reloj de la Torre en el Templo Parroquial fue construido por don Mariano Esparza, fechado el 7 de diciembre de 1867.

 

     Una de las obras de mayor ornamentación para el templo parroquial, además de las tres hermosas cúpulas, fue la construcción del altar mayor o ciprés de mármol de carrara, que a un costo de $11,000 realizó el Sr. Cura Guzmán a partir del 8 de octubre de 1897.

 

     Debería estar colocado en el centro mismo de la cúpula central y debajo del arco del presbiterio, teniendo a sus cuatro lados, las estatuas de igual material, de los cuatro Evangelistas, a fin de dar lugar a los fieles para el uso de los cruceros.

La cúpula grande del templo parroquial empezó a aparecer majestuosa en el horizonte tepatitlense el 1° de marzo de 1898 en que fue concluida y se colocaron los vidrios en los ventanales.

 

     El altar mayor con sus cuatro Evangelistas (obra del escultor italiano Agusto Volpi) estuvo totalmente colocado el 3 de mayo de 1899, estando muy aventajados los trabajos de enjarre y pintura de las cúpulas y el pavimento de mezquite.

El altar lateral de la iglesia parroquia dedicado a la Virgen de  Guadalupe, obra del alarife D. Martín Pozos, se inició el 19 de febrero de 1910, siendo concluido 10 meses después en la nochebuena del mismo año.

 

     El Sr. Cura Ramírez solicitó licencia en marzo de 1911 para transformar las torres antiguas, y sin más pérdida de tiempo, se inició la demolición de la  pequeña torre, del lado sur, la mañana del primero de mayo de ese año, iniciando la construcción de la nueva, mes y medio después y, después de 2 años y un mes, fue concluída el 15 de julio de 1913.

 

     El altar mayor construido por el Sr. Cura D. Anastasio Guzmán entre 1897 y 1899 y colocado bajo la cúpula central, fue modificado por el Sr. Cura Reynoso que en 1933 solicitó y obtuvo la autorización para modificarlo, iniciando así la construcción del altar tal y como lo conocemos.

 

     Para conjugar la magnífica construcción del presbiterio así como del altar mayor, se encomendó al pintor jalostotlitense D. Rosalío González, la decoración de nuestro máximo templo, debiéndose a su docto pincel y a su innato genio de artista, las cuatro pechinas que dan base a la cúpula central, los dos murales de los cruceros, EL Juicio Final, en el del lado norte y la Rebelión de los Angeles, en su correspondiente lado sur, y el magnífico lienzo del bautisterio que, realizado sobre manta en su tierra natal  deseó entregarlo como obsequio al Sr. Cura Reynoso y para concluir, la obra escultórica de La Piedad, también localizada en el cubo de la torre sur, frente al bautisterio

 

En 1983, nuestra parroquia celebró sus 300 años.

 

      El Sr. Cura Salvador Zúñiga Torres, encabezó los festejos por el tricentenario.

Luego de 335 años de existencia, nuestra parroquia, ha estado a cargo de 60 párrocos y ha dado origen a las Parroquias de Acatic, Capilla de Guadalupe, San José de Gracia, Milpillas, Pegueros, Sagrada Familia, Mezcala, Santa Cruz, El Carmen, y la Divina Providencia.

                                   

 

Cfr. Acalá Cortés Heriberto, Marco histórico de la Parroquia de San Francisco de Tecpatitlán, 1982.

 

 

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